A mis estudiantes les digo que deben ser buenos profesionales
pero también excelentes personas.
Un dentista no puede ser soberbio, tiene que tener la capacidad de ponerse en la piel del paciente. Un médico o un odontólogo siempre van a tener una posición privilegiada porque en sus manos está la salud de una persona, pero no pueden endiosarse. Deben ser buenos profesionales y también excelentes personas.
La verdad, la honestidad, la ética profesional y la sinceridad siempre van por delante. La odontología jamás debería formar parte de una cadena comercial, que ve a los pacientes solo como clientes; los odontólogos nunca deben olvidar que son médicos que tratan a seres humanos.
Mis mejores alumnos han pasado por mi Clínica.
A los estudiantes más brillantes, Ics ofrezco venir a mi consulta. Cuando han ejercido una temporada corno ayudantes, toman sus alas y empiezan a volar. Algunos han abierto ya sus propias clínicas, otros se vuelven conferenciantes; sea cual sea el camino que emprendan, para mí es un orgullo contribuir a crear escuela.